La calefacción de gas butano es un sistema poco extendido a día de hoy y es habitual encontrarlo en pueblos y en casas antiguas. Sin embargo, como calefacción son una forma muy eficaz y económica de calentar una casa mediante estufas catalíticas. No obstante, es importante entender los riesgos del gas butano y tomar medidas para evitar fugas o incendios.
Las bombonas de butano domésticas más habituales son las de color naranja, que pesan 35 kg, aunque también existen las bombonas de acero inoxidable, con un peso de 18 kg, y las botellas de propanode 11 kg.Todas ellas contienen 12,5kg de gas butano en estado líquido a una presión interna de 3kg/cm2 o 3 atmósferas.
Lo ideal es conservarla a 20 grados céntígrados ambientales, aunque a medida que la temperatura exterior aumenta, la presión del gas también lo hace proporcionalmente. Por ejemplo, a 30 grados, la bombona se mantiene a una presión de 4kg/cm2.
Estas bombonas están diseñadas para que, al alcanzar los 26kg/cm2, salte la válvula de seguridad y salga el gas del interior. De esta forma, se alivia la presión interna y se evita que siga subiendo a causa de la elevada temperatura ambiente.
Una bombona de butano no puede explotar ni reventar, aunque sí causar una explosión. Normalmente, las bombonas no revientan de golpe ni esparcen metralla. Lo más habitual es que se rajen por una de sus soldaduras cuando la presión es demasiado elevada y la válvula de seguridad no cumple su función.
Como explicábamos arriba, la válvula de seguridad está diseñada para saltar y aliviar la presión. El problema es cuando en el exterior se está produciendo un incendio. Al liberar el gas, éste se incendiaria alrededor de la bombona y, por tanto, la temperatura exterior seguiría subiendo. Es decir, ese chorro de gas que ha liberado la válvula se convertiría en una especie de soplete en llamas. Por lo tanto, el enfriamiento del líquido que se produjo al liberar una pequeña cantidad de gas, no sería suficiente para el aumento de temperatura que produjo la inflamación de este. El metal de la botella terminaría perdiendo resistencia por el excesivo calor y se rajaría dejando que el gas restante saliera, que al entrar en contacto con el fuego provocaría la explosión.
En una entrevista del periódico Ideal en 2009, Simón Soriano -sargento del Cuerpo de Bomberos de Granada y criminólogo especialista en investigación de incendios- insistió en aclarar cinco mitos sobre las bombonas de butano.
“El gas butano no es tóxico en sí mismo”, aclara Soriano.
“Lo que sí puede producir es asfixia por falta de oxígeno, pero que esto pase es algo realmente difícil por la cantidad de gas que es necesario que se acumule en una casa”.
Este concepto forma parte del imaginario popular a causa de que muchas películas o ficciones de televisión han participado en el mito. La ‘muerte dulce’ es lo que se conoce por dejar abierta la llave del gas, mientras la persona se sumerge plácidamente en un sueño profundo hasta que muere. Sin embargo, la ‘muerte dulce’ no existe. Soriano asegura que es mucho más probable que se produzca un incendio en la vivienda, antes de que la persona en cuestión muera a causa del gas.
“Para que una persona muera por falta de oxígeno en su vivienda, dejando salir el gas butano, tiene que darse una acumulación del 90% de gas en la estancia y eso, con una bombona de butano, en una vivienda media de 80 metros, es imposible. Es más, lo que sí es más probable es que se produzca una explosión. Ése es el verdadero riesgo”.
En realidad, el gas butano es incoloro e inodoro. Sin embargo, por seguridad, se le añade una mezcla hecha con mercaptano, que le da ese olor desagradable a gas. De esta forma, cuando captamos esa sustancia en el aire, sabemos que hay una fuga y tenemos tiempo para evitar una catástrofe.
Esto es absolutamente falso. Según Soriano, cuando hay gas en el ambiente, no es necesario encender un fuego para producir una explosión.
"La propia electricidad estática que genera el roce de la ropa puede desencadenar la explosión. También la activación de un electrodoméstico, cualquier chispa…”
Soriano afirma que otro de los mitos a desterrar es que las bombonas de butano explotan.
"Es imposible que el recipiente en sí, la botella, estalle. Las botellas de butano resisten 30 kilos por centímetro cuadrado de presión y las válvulas que tienen comienzan a liberar gas a 20 kilos por centímetro cuadrado”.
“Sí que lo es. Con las inspecciones periódicas obligatorias hechas en las instalaciones lo es” – aclara Soriano en la entrevista de Ideal.
Tanto el propano como el butano son gases licuados del petróleo (GLP) y -como hemos dicho anteriormente- se caracterizan por ser incoloros, inodoros y no tóxicos. No obstante, se les añade un aditivo que le otorga ese olor característico y, gracias al cual, podemos detectar si hay alguna fuga. Hacer un uso irresponsable del gas butano puede ocasionar un accidente. A continuación, tienes una guía de normas de seguridad, que te ayudará a sentirte más seguro en tu hogar y a evitar cualquier incidente.
A pesar de los sistemas de seguridad con los que cuentan las bombonas a día de hoy, siempre existe un pequeño riesgo de fuga. En el caso de que detectes una fuga de gas en tu casa, sigue los siguientes pasos: